La intervención tiene como finalidad la mejora de las instalaciones pesqueras mediante la construcción de una nueva lonja y la reconfiguración del entorno, tanto interno de la zona pesquera, es decir, el varadero y la accesibilidad hacia los almacenes, como el replanteamiento de las relaciones externas entre la actividad portuaria desarrollada y su contexto exterior inmediato.
El proyecto propuesto se articula en una relación de armonía con el patrimonio culturalurbano-arquitectónico, constituido fundamentalmente por el Castillo de Santa Ana y su entorno – que incluye desde el Faro hasta la zona portuaria – como expresión material de la cultura y como la expresión más compleja que la sociedad humana ha producido y produce como escenario vivencial que se construye día a día.
La idea conceptual deriva del reconocimiento del estilo arquitectónico de la anterior lonja de manera que, las cubiertas del proyecto, generan una afinidad con el espacio abovedado de la lonja tradicional. Además, de manera análoga, se percibe como un elemento que trata de evocar la dinámica marítimahistórica en la base del Castillo, produciendo las características espumas marinas blanquecinas que se trasladan al proyecto en su materialidad. De esta manera, se utiliza un hormigón blanco que sirve de reflejo a la idea proyectual y,al mismo tiempo, se amolda al característico color asociado a los barcos pesqueros y zonas portuarias.
Otro aspecto trascendental en la concepción de la propuesta ha sido la adecuada resolución de la conexión entre el Castillo, la lonja y el paseo marítimo.
En definitiva, la propuesta planteada, nace de la comprensión del entorno donde se ubica, se fundamente en la participación pública de la ciudadanía, y da respuesta a las necesidades del sector a la vez que se cumple con los requisitos legales de las normas sectoriales. En otras palabras, se consigue la plena integración del nuevo edificio y su entorno con la ciudad y sus ciudadanos.
