Proyecto de Club de Playa en el litoral de Estepona.
La formalización deviene del diálogo inherente a su emplazamiento, ya sea por su frente marítimo como por su frente urbano. Como consecuencia de ello se ha proyectado un edificio de volumetría omnidireccional que, por el contrario, debe estar estructurado funcionalmente volcándose hacia el espacio de ocio y piscina. Esta dicotomía se ha resuelto mediante formas orgánicas que intencionadamente no definen fachadas diferenciadas sino que se trata de un volumen unívoco que, por el contrario, permite abrir o cerrar los espacios adaptándolos a las condicionantes funcionales de un modo natural.