Ubicada en Benahavís en una parcela con una pendiente muy pronunciada y forma irregular, la vivienda surge como una pieza longitudinal que interactúa con el terreno, generando espacios interiores en torno a un gran patio trasero tropical que conserva la topografía original. Hacia el sur, los paños de fachada se abren al paisaje, generando espacios semi abiertos que desdibujan los límites visuales entre interior y exterior.
En planta baja se encuentran los espacios de día que se desarrollan como un espacio único continuo. En la planta superior se ubican las zonas de noche, mientras que en la planta sótano se encuentran los usos secundarios, además de la entrada rodada.
Para conservar la luz y proteger a los espacios ubicados al sur, la fachada marca su carácter horizontal con grandes vuelos aterrazados que permiten su uso durante todas las épocas del año, y culminan en una terraza superior con vistas al mar.
Luz y vegetación son los elementos que construyen la vivienda y hacen de ella un espacio singular en un entorno único.